viernes, 15 de mayo de 2009

Despedida.



Lo abracé y senti que me derrumbaba.


Los meses que esperé para volver a hacerlo


valieron la pena.


Sin embargo , la cordura me mataba.


Y deseaba hacer cualquier cosa para calmar este sentimiento.





Enterraba las uñas en mi muñeca para que no me doliera lo que escuchaba.


Tu tranquilidad me inquietaba.


Tu forma correcta de hablar me volvía loca.


Desearía que me gritaras para así odiarte.


Que no me tocaras para así yo no desearte.





Sé que existen prioridades.


Y tú tienes una historia.


Yo tengo mi historia.


Es imposible unirlas. Es algo complicado.


La espera apremia.





Pero es hora de despertar.


Dejar de soñar.


Me pellizqué el brazo para volver a la normalidad.


Mordía mi labio.


Contenía mis lágrimas y mi nudo en la garganta se agrandaba.





Pero luego pensé.


En que tal vez debía darte las gracias.


Que tal vez , en todo este tiempo me ayudaste.


A saber quien soy.


A madurar.


Incluso a saber a amar.





Pero nada de esto es tuyo ahora.


Y no te des tiempo de lamentar.


Cada vida sigue su curso.


Y créeme.


Que no hay vuelta atrás.






A veces mis sentimientos me hacer ser impulsiva.
Incluso con la verdad.
A veces me arrepiento de las cosas que digo.

Pero yo sé que un día
vamos a volver a hablar.
No como amigos.
No como amantes.
Si no como personas.
Dos entes que tal vez se llegaron a amar.
Pero la vida es traviesa y te pone pruebas.

Soy estúpida al pensar que aún estarás ahí.
Es humillante e incluso gracioso porque yo siempre estaré ahí.

Terminaste de hablar.
Y mientras pensaba todo esto.
Supe que...

No he sido capaz de traducir que significa esto.

Quisiera saber que es lo que piensas.

1 comentario:

Rosee dijo...

Wow...
me encanta este blog.
son muy fuertes y profundas tus palabras muchacha.
entrare seguido.

saludos.